Comenzaría hablando sobre quien soy... Soy Belén Ameijenda, nacida el 20 de mayo de 1996 en Capital Federal, me considero desde siempre, una fuerte soñadora, con gran capacidad para lograr todo lo que se propone (o al menos intentar lograrlo). Para quienes no me conocen y quieren saber un poco mas de mi, nací con una malformación congénita llamada Mielomeningocele, más conocida como Espina Bífida, una afección en la médula espinal que causa múltiples secuelas dependiendo del sector donde esté localizada la lesión. En mi caso, me afectó en la zona lumbar de mi cuerpo (L4 y L5) respectivamente, y por esto es que cuando nací los pronósticos no eran muy buenos, ya que nací no solo con la falta de musculatura en mis piernas (por lo cual los médicos dijeron que nunca iba a caminar), sino que a su vez, padecí Hidrocefalia, un aumento anormal de la cabeza, que en casos extremos deben colocar una válvula para que el líquido encefaloraquídeo drene. A pesar de esto, supe y pude salir adelante, y
Dicen que quien pisa fuerte deja huella, y a lo largo de mi vida, considero que he dejado alguna que otra huella marcada (en el buen sentido) a nivel deportivo, ganando trofeos y medallas desde muy chica, y aprendiendo a competir contra rivales que luego serían mis amigos fuera de lo deportivo. Tal es así que a mis 16 años, y luego de una visita a un campo, me hice empezaron a llamar la atención los caballos, con su fortaleza y su grandes huellas con cada paso que dan, me han hecho sentir identificada, y es por eso que me animé a ir a más y entrenarme en equitación, también a nivel competitivo. Mi primer acercamiento lo realice en el Hipódromo de Buenos Aires, en el barrio de Palermo, junto a grandes profesores de equinoterapia, donde no sólo nos enseñaban al cuidado de estos increíbles animales, sino también a montar de manera correcta y como la palabra lo dice, realizar un tipo de terapia física acompañada de los caballos, de ello, la palabra "equinoterapia". Vale hacer men